domingo, 26 de diciembre de 2010

Los Viajes de Nemis

Riniathar, la cueva del encuentro

Ayúdame a levantar, necesito llegar a un lugar seguro antes que caiga la noche…dónde estabas?, pensé que no venías conmigo, te hablé mientras caminaba, pero no me respondiste, estaba tan cansada que caí derribada en la hierba, no sé ni cuánto he dormido, creo que he perdido la noción del tiempo y hasta del espacio..

No te preocupes, he estado a tu lado todo este tiempo mientras dormías, no quise despertarte antes, porque necesitabas el sueño, el descanso, sé que me hablaste mientras caminabas, pero estabas demasiado imbuida en tus propios pensamientos y temores del camino, el hambre y la sed, que no podías ni verme y mucho menos escucharme, por eso te dejé dormir, y ahora puedes ver con claridad.

Gracias mi querido Sirdham, eres tan noble conmigo, perdona por creer que te habías ido, gracias por protegerme mientras he dormido…eres tan valiente, me siento segura cuando vas a mi lado…

Creo que si llegamos a esas montañas, podremos pasar la noche y esperar el amanecer, en la parte baja deben haber algunas cuevas que nos sirvan de refugio, de pie! Caminemos, si queremos llegar antes del atardecer!!

El camino se hacía tan largo, las montañas parecían cerca, sin embargo entre más caminábamos, más parecían alejarse, los enormes árboles, nos protegían del intenso sol, el exquisito perfume de las flores, me producía calma y me animaba a seguir…no se cuanto más faltaba, pero Sirdham caminaba conmigo, tenía la mente despejada y el corazón atento, podía verlo, eso me consolaba…

Ya casi llegamos mi pequeña Nemis, después de este arroyo, encontraremos dónde quedarnos, esta es la parte baja de la montaña, y el agua está pura, cristalina, me ha dicho que será un honor que bebas de ella y te refresques del camino…

Hermosa y generosa agua, que sacias mi sed y me quitas el cansancio del camino, bendita seas por el consuelo que das a los caminantes, que nunca se agoten tus fuentes, para que el que aquí llegue, se encuentre contigo y se llene de gozo su corazón y recobre fuerzas para seguir su destino… Sirdham, tú no vas a descansar?

No, yo he de estar atento, todo el tiempo mirándote, observando a tu alrededor, que nada pueda contrariar tu camino, prefiero no descuidarme, me descansa verte alegre, jugando con el agua y hablando con ella.

Ya estoy lista Sirdham, gracias cristalina agua, has refrescado mi alma, podemos continuar, queda muy poquito ya…puedo ver nuestro destino desde aquí, ya casi cae la tarde, los pajarillos regresan a sus nidos, el viento comienza a soplar más fuerte y el cielo ya va tendiendo su manta sobre el sol y este lugar de noche no me parece que sea muy amigable, sigamos adelante…

Desde la orilla del cauce del arroyo, se podían ver las cuevas de las montañas, entre los bosques espesos que cubrían todo el territorio, se dejaba ver no muy lejos una planicie, que conducía hacia el lugar de descanso, entre más nos acercábamos, más latía fuerte mi corazón, sabía que pasaría allí una noche segura, y que al amanecer, sería un día menos hacia mi destino y eso me hacía saltar de gozo el corazón.

Espera…no avances más…iré a ver si es seguro este lugar, no des un paso mientras no esté a tu lado, tengo que dar un vistazo, vuelvo enseguida…

Sirdham!! Tardas mucho!, ya está oscuro!, hace frío, tengo miedo!, puedo avanzar?.. dónde estarás…no veo nada, esto está demasiado oscuro, uyy, qué suelo más irregular, no sé ni dónde estoy pisando, tal vez no debería acercarme más, pero es que no me puedo quedar aquí más tiempo, no me gusta esta soledad con tantos sonidos que no se reconocer…ayyyyy!!! Ayudaaaa!!!

Pero Nemis!!, no te he dicho que no te movieras, por qué has venido, dame la mano, te sacaré de allí, has tenido suerte de no caer más abajo, luego hay un precipicio del que no habrías regresado!, debes aprender a esperar y confiar en mí, te dije que volvería y estoy aquí, estaba buscando una cueva más segura para ti, mírate, te has hecho daño, tienes las piernas rotas…

Me duele Sirdham, creo que me lastimé la pierna, no veo nada, lo siento, estaba asustada, perdóname!

Precisamente por eso, no debiste continuar sola, es de noche y sólo conmigo puedes ver, yo te mostraré el camino, ven, te cargaré hasta la cueva, he encontrado en ella a un hombrecito que tenía fuego y comida y está cálida, es un hombre de corazón puro, podemos quedarnos con él esta noche…

Adelante, adelante, bienvenidos a mi humilde morada en estas montañas, habéis llegado a Riniathar, lugar de reposo de los que van cansados por el camino, acercaos al fuego, hace frío allí fuera…

Buen amigo, mi pequeña Nemis, viene herida, ha caído subiendo la montaña y creo que se ha hecho daño… nos puedes ayudar..

A ver, a ver, acércala a la luz!!

Entonces al acercarme a la hoguera pude ver el rostro de esa voz que gritaba en medio de la noche, un hombre grande, de ojos penetrantes y barba blanca, llevaba un sayal raído, pero limpio, sus pies iban descalzos y se veían muy gastados por el suelo, sus manos eran acogedoras, nada más su voz me resultaba algo fuerte, tal vez era por la cueva, los sonidos se hacían más intensos…

Buenas noches, señor, disculpe usted tantas molestias, ayyy, no puedo estar en pie, me duele mucho…

Niña…recuéstate en esta manta, toma un poco de esto, y déjame ver esa pierna, a ver qué puedo hacer por ti…mmmm…no está roto el hueso, pero te has hecho una buena herida, tengo aquí unas hierbas de las montañas que curan estas heridas, pero antes te lavaré la herida con agua de las fuentes de Meniathar, desinfecta y cura todas las heridas…debes quedarte las hojas de las hierbas en tu pierna, hasta que haya cicatrizado, entonces se desprenderán solas…

Tienes agua de la fuente!!, nosotros vamos hacia allí a buscar un poco de ella, la necesitamos, hemos hecho un largo viaje para llegar hasta aquí, hemos pasado por muchos lugares y conocido muchas personas en el camino, ha sido toda una aventura venir a estas montañas…

Eres valiente, niña Nemis, tienes un gran compañero de viaje, pero deberías escucharlo más, una caída en estas montañas, te podría costar la vida, son muy peligrosas, y entre más subes, más difícil se hace el camino, muchos desisten y no llegan a las fuentes nunca, se vuelven desilusionados porque pensaban que el camino era más sencillo, pero no…. Has de ser cautelosa, prudente, atenta…cada espacio de esta montaña te puede enseñar algo nuevo que te sirve para llegar a las fuentes, si no estás atenta, tardarás más en el viaje, y tal vez pierdas el camino, hay muchos caminos, pero no todos conducen a las fuentes de Meniathar…de algunos de ellos, nada se sabe, y nadie ha vuelto para contarnos… Esta noche descansa, mañana os espera un gran camino, yo me quedaré charlando con tu buen amigo Sirdham.