jueves, 7 de octubre de 2010

Estaba tan oscura la noche, hacía tanto frío, pensé que me quedaría así, que no habían ventanas, porque la puerta estaba cerrada, pero de pronto, así tan suave, te aproximaste a mí y con toda tu ternura tomaste mi mano, así sin más, la acogiste en la tuya, estábamos tan cerca, acostumbrada a estar a tu lado y nunca te había sentido así, unas manos que amaban tan solo con tocar, cerré los ojos, para sólo sentirte, podía leer en tu piel, tu proximidad era inmensamente atrayente…era oscura la noche, pero tú la vestiste de luz…

El frío se fue evaporando, con los latidos de mi corazón, fueron minutos eternos, hacia dónde ibas, qué querías de mi, por qué yo, por qué tú, eran caricias las que ahora dibujaban tus manos en las mías, tal vez de tan oscuro que estaba todo a mi alrededor, tenía el alma y el corazón en las manos, porque las ventanas que abriste, ensancharon tanto mi alma que tuve que abrir la puerta de mi corazón para que no te quedaras fuera y pudieras entrar…hacía frío, pero tú, encendiste la llama, imprimiste calidez…

Antes de que se me reventara el corazón en el próximo latido, estabas en mis labios, entonces ya no había pensamiento que pudiera detener el torrente de emociones que corría por mis venas, las millones de sensaciones que atesora un beso, qué impresión, eso era un beso, se me adormecían los sentidos, eran demasiadas reacciones, algo así como un estado de shock, no es que no sintiera, es sentir demasiado….la puerta estaba cerrada, pero tú, con un beso abriste las ventanas…

Y la noche se hizo clara y la ternura se volvió calidez, y nos quedamos los dos, siendo uno, en unas caricias que no acabaron, en unos besos que fueron eternos, esa noche no hubo sueño que pudiera apagar el impacto de tu ser en el mío, nos despedimos, porque la noche al fin era noche, y faltaba poco ya para ver clarear el día, fue el amanecer más largo de mis días, tenía más latidos en mi corazón, que segundos las horas, en mi almohada, recliné el alma, que aún te sentía y cayeron de mis ojos, unas lágrimas, que no eran de pena, eran más bien de asombro, de sentirme desbordada, de haberme quedado a la intemperie…me sentía desnuda…pero tú, me vestiste con tu ternura.

El día después fue intenso, extraño, de mil colores, de mucho sentido, de verte aún sin estar presente, tu aroma estaba en mis manos, el dulce de tus besos, aún se mecía en mis labios, estaba viva, me habías resucitado, antes no había latido así mi existencia, le diste el ritmo, que hasta hoy lleva, porque esa mañana habían ventanas, sin embargo, la puerta estaba cerrada…pero viniste a mí, al caer la tarde, y entró tu alma en la mía, y nos faltaba espacio, así que mi corazón te abrió su puerta y tú… hiciste de el tu morada…

miércoles, 6 de octubre de 2010

ALMA


Y si el alma hablara…si me dijera lo que experimenta de mi, tantas veces me he asomado a su ventana, en algunas oportunidades me ha abierto sus puertas, me he sentado en su suelo y he observado en silencio, casi en éxtasis, sin siquiera respirar, para no desviar su atención, y poder ver cómo vive, como se expande dentro de mi…

Pero ella, cómo me ve?, también se detiene y me mira?…porque a veces me siento observada, como si siguiera todos mis pasos, como si cuidara de mi…no sé si cuida de mi, o se cuida ella misma, no sé si se fía o me teme, qué tan delicada y frágil es?, qué piensa de mi?...puedo percibir su presencia constante en mi, nunca me abandona, aunque a veces calla, parece que desaparece y me deja incompleta, pero no…ella nunca se va…

Cómo eres alma mía?, si tomaras forma que yo pudiera reconocer cómo serías?, cuáles serían tus colores? y cuál el sonido de tu voz….déjame soñarte tan sólo un momento, pensar en ti, abrazarte, devolverte la mano, por todas esas veces que en la vida he sentido me sostenías tú, déjame suspenderme en tus espacios y recorrer tus rincones, déjame descalzarme para recorrer tus huellas y poder darte forma y figura…

En qué elementos de la naturaleza podría imaginarte, creo que te voy a hacer de fuego, sí, así te siento en mí, muchas veces me quemas dentro, te vivo fuerte, intensa, tu corazón será de fuego, tus ojos… de agua en movimiento, cristalina, juguetona, serena y alegre, de agua que a veces también detiene su curso y cae como cascadas por mis mejillas, cuando se asoma en mis propios ojos, porque su caudal se ha visto desbordado…

Tus manos serán de aire, de una brisa suave, tierna que todo lo toca y siente, que experimenta su entorno, lo que vivo, a quienes vivo, brisa, que alivia los días de cansancio y refresca cuando arrecia el sol, brisa que entra y recorre espacios nunca antes imaginados y los hace suyos, se los lleva a su paso, los atesora, los nombra y los besa…

Tendrás un oído agudo, que capte todos los sonidos, hasta los más tenues, será de mar, profundo, silencioso, atento, captando todas mis palabras, ideas, sentimientos, emociones, será como una partitura, donde todas las notas y hasta los silencios, todos los compases y ritmos, encuentran su lugar, te vestiré de música y tu llave será de sol…

Tu voz… será dulce como un beso, no cualquier beso, será como un beso enamorado, de esos que estremecen hasta los huesos, de esos que no se pueden olvidar porque dejan huellas, delicada, suave, así te he escuchado, tantas veces en mi vida, porque así has pronunciado mi nombre hasta en las noches más oscuras y me has llamado, me has invitado a estar cerca a no perderme… tu voz…tan única, tan especial, tan tuya y tan mía a la vez…

Tu aroma, será del perfume del azahar, porque tu aroma me evoca vida, como el azahar, cuando florece, sabes que pronto vendrán los frutos y todo se cubrirá de color, luz y alegría, tendrá unos toques de canela, que le den calidez y unas notas de ese aroma que queda después de llover, cuando se empapa la tierra y el césped, se huele el frescor y el aire sabe a limpio...

Tu cuerpo será como la seda que forma la crisálida, así de fuerte y así de frágil, segura, protectora, moldeable y modeladora, así te siento, no sé si estás dentro de mí o me envuelves por entera, no sé si te haces a mí o me modelas en la vida, si soy yo la que te busca o tú la que sales a mi encuentro…

Te veo alma mía, mis ojos te contemplan silenciosos, quiero hablarte, pero no quiero romper la magia de este momento, me quedaré así, dejando que me abraces, porque tu abrazo es mi vida, tus manos tiernas hacen que me anime a caminar, tus besos me hablan de un amor que es incondicional, que es para mí, tu perfume trae para mí, la esperanza, el mañana, tu corazón me permite seguir soñando, tus ojos ……tus ojos me hacen mirarte sin cansancio y me permiten descubrir la belleza de otras almas que contigo se cruzan y encuentran y de las que tú coges para mí sus huellas, sus aromas, sus latidos…Descansa alma mía, esta noche te velo yo a ti…mañana, será otro día….

lunes, 4 de octubre de 2010

En mi lienzo, tu vida!

Tal vez haya llegado el momento…pensó al ver que uno de sus pétalos se deslizaba hasta caer en tierra, se iba con la mirada perdida, como buscando en algún horizonte lejano un por qué, que ya nunca había llegado, se mecía suave en brazos del viento, soñaba o dejaba sueños sin ver el amanecer, no lo sé, se lleva sus secretos con él, parecía que la miraba, era pena, o era emoción, hablaba o callaba, se iba o ella lo dejaba ir…nunca lo supe.

Me acerqué suave a contemplar esos últimos recuerdos, esos hermosos pétalos, que poco a poco comenzaban a desprenderse de ella, y la iban desnudando poco a poco, quedaban a la intemperie sus vivencias más secretas, íntimas, las que están en su centro, donde late su vida, donde fluye la sabia que le dio en la vida, tantos y tan hermosos despertares.

Ella me miró como queriendo suplicar que detuviera el tiempo en un momento, pero yo no podía hacer eso, el tiempo es lo único que no se detiene, qué podía hacer por ella, veía en su mirada, que aún tenía historias que contar, aún tenía recuerdos, aún quedaban huellas, estaba viva, desnuda, pero viva!

Parecía sonrojarse, ante mis ojos, que no podían apartarse de ella, contemplando sus últimos latidos, se veía tan hermosa, intentaba decírselo, creo que en cierto modo ella me comprendía, pero no pasaba un minuto más y ya había un pétalo menos en ella, quería cumplir su deseo, porque la amaba, quería que el tiempo que quedaba fuera eterno, no quería despedirme de ella, no quería amanecer y no verla, que sólo fuera un recuerdo, bella y amada, pero un recuerdo.

Entonces cogí el lienzo y el carbón y empecé a dibujar trazos de ella, el ruido que hace el carboncillo en el lienzo es como tu vida, siento el dolor que te produce la caída, puedo ver algunas de tus vivencias, las que quedan al descubierto, intento plasmarlas, pero siento que me miras, tanto como yo te miro, quisiera poder leerte, sentirte, vivirte y hacerte eterna, quiero dejarte aquí, antes de que te busque y no te encuentre porque el viento se haya llevado tus últimos y siempre intensos latidos.

Me quieres regalar tus recuerdos mientras caen, si lo haces los plasmaré en el lienzo, entre trazo y trazo, tu vida se quedará para siempre en mi retina, no morirás, vivirás en cada espacio, cuando detenga el carboncillo, dejaré un lugar, para que repose tu alma, y luego lo sellaré para que de aquí nunca se vaya.

Crees que puedes plasmar mi alma, qué valiente eres! Te asomas a mi intimidad y te quedas suspendido mirando, no entiendes si la vida se va o yo la dejo ir, sólo ves las huellas, crees que estoy desapareciendo, mi desnudez te mueve a protegerme, a querer vestirme de trazos, que no me dejen partir..te entiendo, en cierto modo lo comprendo, también he visto partir a los que amaba, incluso antes de que hubieran venido a la vida, esas despedidas sí que duelen, si que marcan y dejan huellas, alguno de estos pétalos que ahora caen se llevan con ellos esos recuerdos.

Ya quedan pocos, apresúrate…pintor de mi existencia, en blanco y negro dejas mis días que de tantos colores se vistieron, no te preocupes, no importa, me gusta así, porque cada mirada puede poner en ella los colores que vea y que sienta cuando a mi alma interpretada se asome y tal vez, esas miradas completen lo que tú no acabes de descubrir, en medio del misterio.

Te regalo este latido, este pétalo que se lleva el viento, son los últimos que me quedan, así que artista dibuja bien, dibuja lento, para que no se te escapen los detalles, hazlo con pasión, porque así viví mis días y con ternura, porque nunca le faltó a mi mirada, ojalá pudieras plasmar hasta el aroma, porque el perfume es la vida, encierra todo el misterio, nació con el mayor dolor de mi vida, que fue también el más hermoso amor.

Dibújalo con alma de niño, como aquel que aún no nace y que se mueve el mar de su existencia, con la mayor inocencia, porque no conoce más mundo que el que en su entorno le contiene, quiero que plasmes eso en tu obra, imagínalo cayendo, yéndose de mi mecido por los brazos de la muerte que me desgarra y desangra, siéntelo, llora, gime, no quiere dejarme, pero no puede quedarse, intenta aferrarse, pero no se sujeta, nada lo sostiene, y sigue cayendo, y aunque yo sigo con vida, muero en cada uno de sus gemidos…en sus sueños rotos, en las ilusiones ni siquiera diseñadas, no hubo tiempo ni para conocernos, sólo nos encontramos, nos reconocimos, y sin salir del asombro del encuentro, ya comenzaba a dejarme…quiero que lo dibujes así, porque está en todos mis pétalos, ahora me voy con él, ahora por fin, le miraré a los ojos, cogeré sus manitos y no lo dejaré nunca más caer…lo sostendré toda la eternidad…

Espero cumplir tus deseos, espero no se acaben tus sueños, tus recuerdos, espero imprimir el perfume de tus palabras, porque es bella la flor que se deshoja, que se desviste de su propia vida, para morir y resucitar inmortal en este lienzo que aspira contener todas sus huellas…te amo, y con ese dolor compartido, te dejo desprenderte de tu último recuerdo, ya no quedan pétalos que dibujar, ya no queda nada, el tiempo se lo ha llevado todo, y ahora que te veo, tan hermosa y tan viva, quisiera tenerte conmigo, quisiera sentir tu aroma cerca de mi piel, cerraré mis ojos, miraré en el silencio, y contemplaré tu vida en el mejor de los tiempos, pero aún así, abriré los ojos, y miraré el lienzo, porque en tu muerte he encontrado, la vida…