martes, 16 de diciembre de 2014

Droga



Al atardecer, recuerdo aquellos días 
en que mi corazón de volvió indomable, 
cuando la libertad se apoderó de sus latidos
 y se hizo fuerte en medio de todas las adversidades.

¡Ay Corazón, cómo nos costó!
aprender a secarnos las lágrimas,
sonreír y respirar profundo.

Me tomaste de la mano y a veces también en brazos, 
recuerdo las noches que acurrucada en tu regazo 
me devolviste la paz y  la vida.

Tan difícil que era maquillar los sentimientos
cubrir las emociones y abrigar los miedos,
hasta que me enseñaste a doblar las rodillas,
abandonar todo en tus manos y orar.

Entonces naciste Amor y me secuestraste el corazón,
los sentidos, el pensamiento y hasta la razón,
invadiste mis espacios, fuiste luz en mis noches
y brújula en el camino de las decisiones.

Me enseñaste que el Amor es libertad 
que cuando se ama no se posee
me susurraste al oído que dejar ir 
es expresión del amor, 
que tu felicidad es también la mía
y que ella esta en los detalles
en lo más pequeño
y que la magia la agrego yo
porque está en mi 
y es mi decisión ser feliz
cultivar y cuidar 
lo que me confiaste.












lunes, 15 de diciembre de 2014

Océanos



Podría intentar dibujar el interior de mi existir como un mar dentro de un gran océano y podría pintarlo de mil colores, imaginados y por imaginar, dentro de cada color, un mundo de tonos y matices y cada uno de ellos expresando mis sueños, deseos, ilusiones, vivencias, esperanzas; imprimiendo intensidad y luz a esa profundidad donde ya no hay oleaje y no se escuchan los ruidos externos, donde el silencio se hace hondo y cobra especial sentido, allí donde acontece la vida, el origen y el final de todo lo que conforma mi existencia.

Me sumerjo en el mar de mis emociones y en el suave sonido de mis recuerdos, si emergiera kilómetros arriba en este océano, buscaría esas aguas donde se unían mi río y tu mar, robaría segundos a la vida, para decir el te amo que nunca te dije, el quédate que silencié, me tomaría de la mano de tus olas y no te soltaría, me sumergiría de nuevo, después de pedirte perdón y me dormiría en mis sueños, sin querer ya nunca más volver al error de intentar olvidarte.