miércoles, 5 de junio de 2013

Silencio





A veces el silencio quema por dentro y enciende hogueras que no se pueden apagar... quién dijo que el silencio era silencioso, asociamos extrañamente silencio a quietud, inmovilidad, pasividad; lo convertimos en algo estéril, inoperante, incapaz de producir algún movimiento interior o generar alguna acción externa, sin embargo, si quema es porque se deja sentir, si enciende un fuego es porque tiene mucha vida y la vida no es pasiva ni quieta...es más bien dinamismo y creatividad.

Yo te percibo silencio fluyendo con mi sangre, confundiéndote con ella, viajando de sinapsis en sinapsis, creando las más intensas sensaciones y las más locas e  inquietas ideas, siento que tienes múltiples melodías, que tus notas se dibujan en todos los rincones de mi ser, tus colores me hacen ir despierta por la vida, logran que no me pierda los detalles, que los contemple, los viva y valore.

Yo te descubro silencio, con tu propia personalidad, fuerte, valiente, arriesgado, te miro y me enamoras, tan alegre, sonriente, soñador, diseñando días, construyendo mis caminos, abriendo fronteras y quebrando esquemas, así te encuentro conmoviéndote con alguien que sufre y ayudando al que lo necesita, tan original y particular, tienes tu esencia  y me encanta.

Yo te confieso silencio que te amo, que en ti he aprendido a conocerme y sorprenderme, en ti he desnudado mi alma y mis sentidos, me has moldeado con tanta ternura que has dejado impreso en mí, tu aroma, ese perfume que no encuentro en el bullicio ni en el ruido, que me atrae y me hace conocerte aunque lejos  de ti alguna vez me encuentre, me acerca a ti y me perfuma y ya no sé si eres tú o soy yo, lo que sí sé amoroso y melodioso silencio es que eres vital para mí y tu latir me hace amar la vida y a  los que me enseñas cuando a solas conmigo te quedas.

Perdón





He detenido por un instante mis sentidos, 
necesitaba ver
 las huellas que dejaste en ellos,
 tenía preguntas pendientes,
 pero cuando me disponía a interrogarlos, 
ellos me interpelaron a mí 
y lo más duro fue que no pude responder a sus preguntas
 y así ocurrió que abrazándolos fuertemente,
 les pedí perdón.