Tus
Ojos
Desde
pequeña he tenido un particular "don", si se le puede llamar así, si
pienso esto así como un regalo, puedo decir que si me lo hubieran dado a elegir
no lo habría aceptado, sin embargo, en ningún momento he dejado de creer en las
personas, aunque muchas veces del escenario se han ausentado los colores y se
ha oscurecido el horizonte.
Es
curioso como las personas mienten o en ciertas situaciones y circunstancias
mentimos, otras veces sólo se omite la Verdad. El cerebro humano es un mundo
apasionante y de una riqueza inagotable, allí se crean los más osados proyectos
y también los más perversos, la historia así lo ha demostrado, grandes mentes,
brillantes en muchas dimensiones, han sido capaces de levantar del polvo al ser
humano y reconstruir la historia y otras a su vez han intentado exterminarlo.
Cuando
era niña, pensaba que la mentira o las mentiras no tocaban mi espacio, vivía en
una familia espontánea, sincera, sencilla y que expresaba lo que sentía con
naturalidad y sin miedos, pero no tardé en darme cuenta que esta particular
faceta del ser humano late dentro del cerebro humano y envenena su alma, hasta
tornarla oscura, gris, opaca, deforme.
Sin
importar si la persona miente bien o mal y de igual manera no he logrado
decidir en muchos años si para bien o para mal, yo...lo sé...no tiene nada que
ver con un presentimiento o un sexto sentido, no es magia ni nada extraño,
primero sólo era una certeza que nunca me hizo equivocar, muchas veces las paso
por alto y hasta me río de ellas, no tienen el poder de eclipsar la verdad,
porque ella es una dama que se manifiesta con elegancia, dulzura y belleza,
cualidades de las que carece toda mentira, por muy elaborada que ésta sea. Con
el tiempo descubrí que esta capacidad de descubrir cuando alguien me mentía me
causaba un dolor que no puedo hasta hoy medir, porque la agudeza y la
intensidad desbordan todo lo imaginable, lo que ha supuesto en mi ser un gran
gasto de energía vital, algo de vida se me ha ido en ello.
Luego,
ya después de muchos años, de estudio, de investigación, me encontré con
alguien que me enseñó algo que ya sabía por naturaleza, el ser humano miente y
objetivamente lo puedes ver, así también como cuando decimos la verdad, somos
felices, tenemos penas, la mentira se expresa de algunas maneras muy
particulares, el tomo de la voz, algunas expresiones en las manos, el ritmo al
hablar, las pausas, los silencios paradójicamente tan comunicativos, sin
embargo lo que es espejo claro y evidente de su expresión son los ojos, el
cerebro manda la orden y el ser humano ni la percibe, los ojos se mueven en
distintas direcciones cuando mientes, eres veraz, recuerdas, recoges imágenes,
buscas sensaciones, olores, sabores, cuando sientes dolor, tristeza, alegría,
etc. nada habla tan claro como tus ojos, si lo aprendes y lo integras puedes
saber enseguida lo que te transmite la persona que te está comunicando algo de
su vida o de la vida, personal o general.
No
es que ahora vaya por la vida mirando los ojos de las personas para saber si me
dicen o no la verdad, aunque a veces me detengo en alguna de forma personal y
observo, lamentablemente, los míos se llenan de lágrimas cuando descubro que
esa persona que me mira y observo, me está mintiendo y siempre sin necesidad, porque
no hay nada más innecesario que la mentira, nada más dañino para el que la
emite, deshumaniza al ser humano, lo empequeñece, lo mata por dentro... Hay
verdades que son dolorosas, pero no hacen daños permanentes en el ser humanos,
la verdad por muy dolorosa que pueda resultar, libera y da vida, en todas sus
dimensiones, en cambio la mentira, es como un virus, que silenciosamente se
expande y contagia al ser humano.
Hay
personas que hacen de ella casi un "arte" en sus vidas, llevan mundos
ocultos de verdades que les esclavizan y
aunque parezcan exitosos y grandes, no son nada, porque la mentira les
destruye, les seduce, les engaña, se viste de apariencias y por mucho que se
decore, no es ni será jamás hermosa.
Cuando
una persona que amo, me está mintiendo, muchas veces bajo la mirada, porque el
dolor que me produce me hace imposible contemplarle por mucho tiempo, es
curioso, cuando interpelas y das la oportunidad de que te diga la verdad y no
lo hace, mantiene su mentira, la protege y la mantiene, a veces, la refuerza y
la afirma con más seguridad, y yo me pegunto ¿por qué?, ¿para qué?, también he
mentido, en algunas situaciones, o más bien he omitido, pero si me preguntan de
frente, por muy complicado que parezca y si hay confianza, siempre diré la
verdad, porque no le temo a la mentira, no espero nada de ella, he visto su
fealdad y no la quiero en mi vida, tal vez por eso a veces mis verdades me
tocan fuerte el alma, cuando éstas cuestionan, interpelan o descubren mi ser
ante el otro o ante mí. Por eso las personas que me conocen saben que jamás
diré sí, cuando quisiera decir que no y viceversa, nunca disfrazaré ni censuraré
una opinión por miedos o prejuicios, cuando digo Te amo, es porque de verdad
así es, cuando te abrazo es porque deseo acogerte, cuando te miro y espero es
porque te veo más allá de lo que tú mismo me quieres dejar ver, nada se
puede ocultar, hay una especie de luz o color que envuelve al ser humano, ésta
cambia cuando no somos sinceros, produce un efecto deforme en el espacio que
habita tu ser.
Hoy
siento una especial tristeza, porque descubrí en tus ojos algo que no hubiera
querido ver, mientes tan bien, si fuera premiable, te daría un Oscar, o un Grammy
o hasta el Nobel, una pena... no mengua mi amor por ti, siento compasión,
siento unos deseos locos de abrazarte, porque hay algo en ti, que no eres tú y
te oprime, te hace mal, frente al prisma, tu alma no refleja todos sus colores,
se silencia esa música interior que todos llevamos dentro, te quedas sin
melodía, sufro por ti, te llevo conmigo, te espero, pero no me pidas que te
mire, porque el dolor no es agradable, las lágrimas me delatan y no soy capaz
de responder las preguntas que deberían ser tus verdades, no entiendo el por
qué, jamás he juzgado, alejado o abandonado por una mentira a nadie, deseo
tanto que confíes, que abras tu alma, que liberes tu verdad, no porque yo
quiera detener el dolor que me causan tus mentiras, sino porque te amo, y te
quiero libre, quiero ver tus colores, sentir tu aroma, abrazar tu luz, compartir
tu vida, en verdad, con todo lo que eres, sientes, crees, amas.... tan sencillo
y tan complicado que se vuelve cuando falta la verdad.