miércoles, 3 de diciembre de 2014

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A veces 
el corazón se levanta 
más alto que mis brazos
cuando me atrevo a soñar y confiar 
que todo puede ser posible
cuando dejo puerta afuera a los miedos, 
dudas, inquietudes o inseguridades,
cuando salgo de mi misma 
para ir en dirección del otro.
Es entonces 
cuando los milagros acontecen
el instante
 en que los colores brillan 
con una nueva luz,
la música comienza a 
dar tonos nuevos a mis días
y un nuevo amanecer
se vislumbra desde mi ventana.
Cuando todo parece acabar
es cuando la vida
y los sueños
comienzan.