jueves, 17 de marzo de 2016

El milagro de la Vida



Una película que me ha resultado fuerte, me ha dejado el alma en pause en varias escenas, no parece una película atractiva de ver en un principio, transcurre lenta, en una habitación la vida tiene una extraña forma de existir, pero sobrevive, es un drama verdaderamente escalofriante, narrado en imágenes que van captando la atención con su extrema sencillez.

De la situación que esta joven madre vive con su pequeño hijo, me ha impactado profundamente el milagro que obra en ella, la vida, en medio de una traumática vivencia, donde todo pudo ser diferente, un nuevo ser le hace recobrar el sentido, le da fuerzas, le hace sobrevivir contra toda esperanza.

Estremece el entendimiento y la razón y todos los posibles argumentos, cómo de una situación que por dónde se mire es negativa, oscura, destructiva y todo lo que pudiéramos agregar, esta joven madre logra mirar lo verdaderamente importante, logra separar esta vida de la vida que esta viviendo, de lo horrorosamente mal que lo ha pasado y yo diría que sus días son un ofrecimiento constante por la preservación y el cuidado protector de su hijo, aquél que le ha dado esperanza, motivos para no desesperar y abandonarse o morir.

En un tiempo en que en mi país se han aprobado 3 causales para aplicar el aborto y dónde una de ellas es precisamente aplicable a esta historia llevada al cine, podríamos al menos tirar a la basura esta causal que permite a una mujer, madre, aunque no lo vea, porque es una vida la que lleva, abortar a su hijo, un hijo que le podría devolver la vida que en un acto horrible y en contra de su voluntad le han robado, claro, no es para todas, se requiere valentía, coraje, deseos de vivir, visión de mañana, supone ir más allá del propio drama, el camino más fácil es el abortar, termina siendo el más engañoso, porque el mal seduce y el juicio engaña, y en una mujer que ha vivido una situación así que se encuentra vulnerable, herida y débil, lo fácil le engaña, termina por quitarse ella misma la vida, dos veces, una se la ha quitado su agresor, una herida que sangra abierta en su ser y la otra se la infringe ella misma, asesinado otra vida y una vida que aunque no lo quiera o vea, es parte de ella misma y podría restaurar la vida que ha perdido.

Difícil de comprender, tal vez ponerse en esos zapatos nos quede grande, pero he aquí una historia que nos plantea al menos una duda razonable, una que opta por la vida y ante la cual no podemos menos que reflexionar y tener esperanza, porque el mal no puede tener la última palabra en la vida de nadie, porque la vida en sí y por sí sola es fuente del Bien y puede salvar, recrear, dar sentido, hacernos Resucitar!!







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